Sin calamidades, los empresarios del desastre no ganan. Este grupo de personas han consolidado el significado perfectamente de temas como "el poder", "la felicidad" y "la suerte". Claro que ninguno de estos temas será discutido en los ámbitos escolares, pues ellos también suministran con cuenta gotas las actividades mentales de los jóvenes y se aseguran que sean sexualmente precoces y tienen como meta que lo sean desde su primer lustro de vida.
La foto es de empresarios de la construcción hospitalaria; ellos no saben lo que sucede dentro de los inmuebles después de que en lo entregan, pero ahora con las olas de virus implacables se encuentra mudos y estupefactos. Y al igual que muchos padres de familia desconocen lo que tendrán que hacer sus hijos para sobrevivir en un medio podrido y viciado, hay un régimen de positivismo religioso que nos ciega diariamente, nos desconecta del ****** así como quien tapa el sol con un dedo.
Quizá hemos colmado al planeta con nuestras cursilerías, la banalidad desmedida, pero sobretodo el comercio de insistente multiplicar esas cifras, fantásticas cuentas bancarias que solo representan el cúmulo de la estupidez humana...
