Sin calamidades, los empresarios del desastre no ganan. Este grupo de personas han consolidado el significado perfectamente de temas como "el poder", "la felicidad" y "la suerte". Claro que ninguno de estos temas será discutido en los ámbitos escolares, pues ellos también suministran con cuenta gotas las actividades mentales de los jóvenes y se aseguran que sean sexualmente precoces y tienen como meta que lo sean desde su primer lustro de vida.
La foto es de empresarios de la construcción hospitalaria; En los últimos años estos constructores han sido testigos del triste desastre que ha surgido en los inmuebles diseñados para ejercer la profesión medica.
Sin embargo, ellos los arquitectos e ingenieros no saben lo que sucede dentro de los inmuebles después de que en lo entregan, pero ahora con las olas de virus implacables se encuentra mudos y estupefactos. Y al igual que muchos padres de familia desconocen lo que sus hijos aprende en las clases virtuales. Cada día van perdiendo la capacidad de ser independientes, sanos y libres. Casi todos se conforman con estar vivos, amedrentados y semi-paralizados por el miedo a lo desconocido, aceptan que sus hijos tendrán que hacer cualquier cosa para sobrevivir; en un medio podrido, viciado y corrupto.
Como respuesta al dolor nace un súbito amor por la fantasía, los unicornios de arcoíris, este velo de positivismo religioso tiene un propósito dejar colectivamente ciega a toda la población. Diariamente, los sacerdotes y sacerdotisas de la incomunicación salen a nuestro rescate para desconectarnos, si distraernos sustituyen nuestra valiosa vida con simpáticos jueguitos, chismes absurdos y lujosas premiaciones. Hay un culto continuo a la tontería, pero no deja de ser mortal la ignorancia voluntaria, así como quien tapa el sol con un dedo.
Los enfermeros, médicos e investigadores menos corruptos han despertado y desean despertar a los ingenieros, agricultores y a todas las personas. Poner en alerta después de cien años la ciudades son en realidad una enorme cárcel (imagínense un corralon), por eso la desconexión persistente nos roban de la "Autentica experiencia" nos miman y solapan con mentiras, promesas y ensueños.
Quizá hemos colmado al planeta con nuestras cursilerías, la banalidad desmedida, pero sobretodo el comercio de insistente multiplicar esas cifras, fantásticas cuentas bancarias que solo representan el cúmulo de la estupidez humana...